Los fecas son protectores natos. No esperes que te entreguen aquello que protegen, ¡a menos que pases por encima de sus cadáveres! Darán hasta su último aliento velando lo que se les confía. Tampoco intentes atacar al primer jalató que se cruce por tu camino,porque, aunque ya no sean pastores, se enfrentarán a todo aquel que la tome con criaturas indefensas.